martes, 12 de junio de 2007

Manipulación de divisas

Una de las variables con las que los bancos centrales ejecutan su política monetaria es con el control, o no, del cambio de su moneda en los mercados de divisas. Habitualmente las divisas fluctúan libremente y es el mercado el que determina el valor, basado en las diferencias de tipos de interés, solvencia de la economía, confianza en el futuro, etc.

En algunos países los bancos centrales han decidido establecer un cambio fijo de su moneda frente al dólar. Implementar esta política consiste en que el banco central compra los dólares que entran en el país y a cambio da la moneda interna al cambio fijo establecido. Cuando el dólar está fuerte las importaciones son baratas (el petróleo y las materias primas se compran en dólares) y el país que ha implementado esta política se beneficia porque su inflación se mantiene estable o incluso disminuye. Por el contrario, cuando el dólar está débil el coste de las importaciones aumenta (el petróleo y las materias primas suben de precio) y la inflación se incrementa. Si además entran cada vez más dólares en el país porque las importaciones o exportaciones a USA aumentan el efecto es doble, ya que se tiene que crear más moneda interna para comprar los dólares, generando una inflación interna no sólo por el coste de las cosas sino porque hay mucho dinero disponible que los bancos transforman en créditos fáciles.

China mantuvo un cambio fijo frente al dólar hasta el 21 de julio de 2005, cuando decidió dejar que el yuan se apreciara frente al dólar pero controlando la velocidad. Desde entonces el yuan se ha apreciado poco (del orden de un 8%) y ha motivado muchas declaraciones por parte de congresistas norteamericanos a favor de establecer barreras comerciales a los productos chinos. En contrapartida la inflación en china es muy alta ya que es un país que realiza muchas exportaciones a USA y al recibir los dólares el banco central los cambia por yuanes, inundando el mercado de moneda.

Los países de Oriente Medio exportadores de petróleo también han tenido tradicionalmente un cambio fijo respecto al dólar. Por lo menos hasta ahora. Muy recientemente Kuwait y luego Siria han anunciado que fijarán su moneda a una cesta de divisas, no sólo al dólar (ver: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=newsarchive&sid=ahGpyu4D9xBk ). Los motivos son los expuestos en párrafos anteriores: mayor coste de importaciones e incremento de inflación. Hay otros países como Emiratos Arabes, Qatar y Arabia Saudí que están sufriendo los mismos síntomas y no es descabellado pensar que puedan seguir los pasos de Kuwait y Siria.

El caso de Japón es diferente. Para favorecer la recuperación de sus empresas y salir de la deflación los tipos de interés han sido cero durante mucho tiempo y en estos momentos están en un ridículo 0,5%. Eso significa que pedir yenes prestados es muy barato y los especuladores no han tardado en aprovecharlo. Es lo que se conoce como "Carry Trade", pedir dinero prestado a tipo de interés bajo, cambiar la moneda e invertir en deuda de países con tipos de interés alto. El riesgo es que la divisa que se ha pedido prestada se aprecie rápidamente y que en vez de ganancia haya pérdida. Vender yenes hace que baje de precio, lo que favorece las exportaciones. El problema con el que se encuentran ahora es que los ahorradores japoneses están también sacando sus ahorros del país atraídos por cuentas remuneradas a tipos de interés más altos. Si se produce un movimiento brusco de la divisa estos ahorradores se encontrarán con menos dinero (ver: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=newsarchive&sid=aIRjBJX421Kg ).

Hay que tener presente que cuando la moneda está artificialmente mantenida en el mercado, tanto en un valor alto como en un valor bajo, se corre el riesgo de que los especuladores de divisas la ataquen y fuercen una apreciación o depreciación por parte del banco central. Estos movimientos son muy lucrativos para quien consigue forzarlos y costosos para los bancos centrales. Es famoso el caso de George Soros y la devaluación de la libra el 16 de septiembre de 1992 (ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Black_Wednesday ). Es curioso que se culpa a Soros del movimiento y no al banco central inglés, ya que los culpables de llegar a la situación insostenible fueron ellos y no Soros, al que sólo puede reprochársele no avisarnos para beneficiarnos también de una mala política monetaria.

Conclusión

Los mercados de divisas son tremendamente complejos y es muy difícil predecir movimientos. Sí se observan tendencias a medio y largo plazo como la pérdida de fuerza relativa del dólar norteamericano a través de la diversificación que están realizando los bancos centrales.

Manipular la divisa de forma directa no es complicado si eres el banco central, véase el ejemplo de China o Japón, pero tiene muchas implicaciones tanto positivas como negativas y unos riesgos muy importantes que cuando suceden pagan los ciudadanos. Con el tiempo todo llega a donde tiene que estar, si es de forma progresiva o de forma traumática depende del acierto de las políticas realizadas pero está claro que al manipular hay más riesgo de ajuste traumático.

A medio plazo es muy importante seguir la evolución del Yen por el impacto que puede tener en las estrategias de "Carry Trade" y en el mismo país, que es la segunda economía mundial. Y tampoco nos deberemos sorprender si en algún momento aparece alguna noticia de ataque especulativo contra una divisa. En ese momento acordémonos de este artículo y no asumamos que la culpa es de los especuladores sino del banco central y gobierno de turno, que seguramente habrá hecho mal los deberes.

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