miércoles, 27 de febrero de 2008

Acumulando energía, momento para la reflexión

Un mercado bajista suele ser como una pelota de tenis bajando por una escalera, los máximos cada vez son más bajos al igual que los mínimos. Esta vez parece que la pelota es de squash porque el rebote ha sido muy débil y se ha quedado dando saltitos en el escalón. ¿Rebotará de forma retardada o el siguiente paso es un escalón hacia abajo?

Sea cual sea el movimiento creo que es muy buen momento para reflexionar y plantearse si uno es inversor o especulador e incluso para dividir el patrimonio en esas dos visiones.

Inversor, especulador o ambos

Un inversor no toma toda la posición en una acción o fondo a la primera, sabe que una parte del secreto del éxito es ir promediando el precio de compra. Para ello reinvierte los dividendos que percibe y es capaz de esperar meses antes de hacer una nueva compra. Si no acierta en el momento de cada compra no le importa demasiado, sabe que el promedio que conseguirá a lo largo del tiempo será bueno.

El especulador pone sus fichas encima de la mesa todas a la vez y el dividendo es una ganancia, no un mecanismo de reinversión. El objetivo es la revalorización rápida y si la acción cae no se lo piensa dos veces, vende y a otra cosa. Quizás la acción era buena pero el momento no, mejor salir y volver a entrar cuando crea que vuelve a ser un buen momento.

Una persona puede ejecutar operaciones siguiendo estas dos filosofías, con la inversión va construyendo patrimonio y con la especulación se divierte e intenta ganar algo. El problema es cuando una operación especulativa fallida se convierte en inversión porque se evita consolidar la pérdida (he escuchado estas semanas muchas operaciones especulativas que han ido mal y que ante la magnitud de la tragedia el afectado se ha consolado autoconvenciéndose que en el fondo es una operación por valor y que recuperar la inversión es cuestión de tiempo.)

Ante esta situación recomiendo separa el patrimonio en dos partes, e incluso en dos entidades diferentes. Si se acaba el dinero de la especulación porque no se han acertado las acciones o el movimiento pues fin de la partida. En ningún caso debe disponerse de dinero de la parte de inversión. Si por el contrario la suerte sonríe y se consigue incrementar el dinero destinado a especulación pues no está mal de vez en cuando destinar algo a la cartera de inversión.

Próximo movimiento del mercado

Imposible saberlo, lo que sí está claro es que no hay una tendencia clara y ese ir a ningún sitio provocará un movimiento fuerte en cualquier de los dos sentidos.

Si en la lucha se imponen los alcistas el movimiento se consolidaría fuertemente porque quienes hayan tomado posiciones bajistas tendrían que comprar para cerrar su posición. Además, los sistemas de trading automático están a la espera de determinados precios para comprar por lo que ayudarían a reforzar el movimiento.

Por otro lado, si se imponen los bajistas la toma de posiciones a la baja será muy fuerte, pudiendo hacer saltar muchos stop-losses.

Las argumentaciones a favor de una cosa u otra son fuertes. Por un lado tenemos una batería de malas noticias: la situación complicada de las aseguradoras monolines y más recientemente la parálisis del mercado de subastas de bonos en USA, la caída de la confianza del consumidor norteamericano, la ralentización de los sectores de manufacturas y servicios, etc. Por otro tenemos todas las medidas tomadas para relanzar la economía norteamericana: bajada agresiva de tipos, medidas fiscales para compañías y dinero en efectivo para familias, etc.

Cómo afrontar esta situación dependerá de la cartera con la que lo analicemos. Con la cartera de inversión puede que éste sea un buen momento para incrementar posiciones en aquella acción o fondo que tanto nos gusta. Con la cartera especulativa podemos plantearnos operaciones a muy corto plazo con los stop-losses bien puestos.

Lo único que me atrevo a recomendar es no convertir una especulación en una inversión porque se haya llegado a un nivel de pérdida elevado.

lunes, 11 de febrero de 2008

Un CDS no es un nuevo sistema de dirección asistida

Hace unos días leí un artículo en el que se ironizaba con la utilización de siglas de 3 letras para describir instrumentos financieros siguiendo la terminología de la automoción: CDO, ABS, CDS, etc. Lo realmente divertido es que los compradores de un automóvil dedican muchísimo tiempo a entender el significado de estas siglas y lo que implican para las prestaciones del bólido, pero en el caso de las inversiones financieras no dedican tanto.

A estas alturas el que no sabe lo que es un CDO es que no lee ningún periódico. ¿Pero alguien sabe lo que es un CDS (Credit Default Swap)? Pues vale la pena saberlo porque puede tener un impacto importante en los próximos meses.

Origen de los CDS

Una empresa tiene varias vías para obtener financiación como, por ejemplo, mediante un
crédito o emitiendo deuda directamente. El prestamista, en ambos casos, confía en que la empresa devolverá el dinero y los intereses según el calendario estipulado. ¿Qué pasa si la compañía quiebra? Pues que en el mejor de los casos recupera sólo una parte del dinero y en el peor nada.

Para prevenir este riesgo existen los CDS que son, básicamente, un seguro frente a la posiblidad de quiebra de una compañía. El comprador del seguro hace unos pagos periódicos, y a cambio, el vendedor se compromete a pagar en caso de que la compañía a la que está vinculada el CDS quiebre. Son contratos a medida, por lo que las cantidades que se pagan y se reciben se ajustan a cada caso.

Este instrumento permite a los bancos asegurarse los préstamos que hacen a empresas y por tanto reducir el riesgo al que están expuestos en caso de que la compañía quiebre. Las quiebras de Enron y WorldCom en 2001 y 2002 demostraron la bondad del mecanismo ya que muchos bancos habían asegurado los préstamos realizados a estas compañías y el impacto de las quiebras no fue desastroso para su balance.

Evidentemente, también se pueden comprar y vender CDS con ánimo especulativo y sin tener ninguna cartera de crédito o deuda que cubrir.


Contexto actual


En este momento los CDS están de rabiosa actualidad porque la ralentización económica puede aumentar sustancialmente las quiebras empresariales. Si esto sucediera los vendedores de CDS se verían obligados a hacer unos pagos muy fuertes y podrían incluso tener problemas financieros si recuperan poco valor de las compañías quebradas. Al final de la cadena está el comprador del seguro, que puede encontrarse que no está tan protegido como pensaba.

MBIA y AMBAC son las dos mayores aseguradoras de las denominadas monoline porque únicamente se dedican a este negocio. Ambas están luchando por mantener su nivel de rating AAA, que las califica como de máxima calidad crediticia. En caso de perder esta calificación los CDS que aseguran también pierden calidad, pudiendo provocar una venta forzosa por parte de los fondos de pensiones cuya normativa interna no les permite tener nada en cartera que no tenga la máxima calidad.

Al final quien pierde son los compradores de CDS (principalmente bancos, aseguradoras, planes de pensiones y fondos hedge) y éste es uno de los motivos del comportamiento de los mercados financieros en las últimas semanas.


Conclusión


Se están orquestrando rescates a las aseguradoras monoline pero todavía no se han concretado. Quien está expuesto seguro que se apresurará a ayudar, quien no lo está evitará ayudar a su competencia y arriesgarse además a perder dinero. Según Bloomberg, seis de las ocho entidades financieras que están intentando rescatar AMBAC son europeas, por lo que mucho cuidado antes de invertir en el sector financiero europeo.

Los mercados financieros no respirarán tranquilos hasta que todo este enredo se aclare. No se pueden descartar alegrías puntuales
, pero sigue habiendo mucho riesgo a la baja, por lo que mejor ser precavido que atrevido.