sábado, 28 de abril de 2007

La importancia del dividendo

Antiguamente la calidad de una inversión bursátil se medía en función del dividendo que proporcionaba una acción. El dividendo es el reparto de beneficios de la compañía entre sus accionistas por lo que servía para medir lo bien que iba la compañía. A mayor dividendo mejor compañía. Los inversores de entonces entendían el dividendo como la verdadera remuneración de su inversión, y procedían a su reinversión en la misma compañía u otras con el objetivo de diversificar e incrementar el dividendo percibido anualmente. Las acciones a su vez se iban revalorizando poco a poco al incrementar la empresa de tamaño.

Durante la década de los 90 este principio de inversión fue perdiendo fuerza y se empezó a comprar acciones esperando un beneficio por la revalorización del valor de la acción. En este punto hay que entender que el valor de una acción sube cuando el comprador está dispuesto a pagar más dinero por tener la propiedad de la misma. Por el contrario, las acciones bajan cuando nadie quiere comprarlas y el vendedor se ve obligado a bajar el precio hasta que alguien se las compra. La marcha económica de compañía sólo tenía que ver lejanamente con el precio de su acción. El primero en comprar una acción que se pone de moda es el que gana más, que suelen ser los inversores institucionales. Los inversores particulares, peor informados, llegan tarde y les compran las acciones a los anteriores.

Actualmente los dividendos de las compañías son bajos, muchos por debajo de la renta fija. Esto les permite dedicar este dinero a proyectos internos sin necesidad de pedir créditos a entidades financieras.

Hay quien opina que las empresas grandes y bien gestionadas son las que reparten el máximo dividendo posible y que acometen sus nuevos proyectos con financiación externa, ya que eso obliga a evaluar de forma rigurosa el retorno del proyecto que se quiere acometer. Las empresas mal gestionadas serían aquellas que acometen todos sus proyectos con su propio cash-flow interno, relajando la disciplina de ser estrictos en el cálculo del retorno real de los nuevos proyectos.

Como inversores debemos maximizar nuestro rendimiento, y los dividendos son un componente importante, cuando lo hacemos a largo plazo.

Los analistas hablan últimamente de primar inversiones en compañías europeas de alta capitalización, a lo que yo añadiría que tengan además un buen dividendo.

Cierre

Los mercados financieros suben cuando entra dinero y bajan cuando sale dinero. Las acciones que dan dividendo proporcionan un rendimiento adicional e independiente del flujo de entrada y salida de capitales. En el largo plazo la reinversión de estos dividendos produce un efecto acumulativo importante que marca una gran diferencia. Además ayuda que con la reforma fiscal que empezó a aplicar el 1 de enero los primeros 1.500,00 EUR cobrados en concepto de dividendo están exentos de tributación. Otra opción interesante es comprar un fondo de inversión especializado en compañías de alta rentabilidad por dividendo y que a su vez los reinvierta al percibirlos.

Quien quiera invertir en compañías cuyo dividendo es bajo, que averigüe antes el porqué.

jueves, 19 de abril de 2007

Divisas en momentos históricos

Estas últimas semanas han sido muy interesantes desde el punto de vista de evolución de las divisas. Conforme escribo este mensaje el dólar está a 1,36 respecto al euro y una libra compra 2 dólares. Son valores muy altos, prácticamente máximos históricos.

La apreciación de la libra éstos últimos días tiene una explicación: es una economía que no está tan endeudada como la norteamericana, los tipos de interés que marca el Banco de Inglaterra están al 5,25%, igual que los tipos en Estados Unidos, y además resulta que la inflación está creciendo mucho y es posible que decidan incrementar los tipos un 0,25% más, lo que la haría más atractiva si cabe. Esto último se debe a que los grandes inversores institucionales, compañías aseguradores y planes de pensiones, no son amantes del riesgo por lo que se ven atraídos por rentabilidades alta con garantía absoluta como la deuda de un país del primer mundo, lo que hace que compren libras para comprar esa deuda.

Otra de las explicaciones, y en la que también participa el euro, son las buenas expectativas de las respectivas economías, atrayendo inversiones de otros países, así como de la diversificación de las reservas de divisas que tienen Japón, China y países productores de petróleo fuera del dólar.

El yen sigue marcando valores bajos frente al euro y el dólar aunque hay que tener presente que empiezan a oirse voces de recuperación de confianza del consumidor japonés, lo que reactivaría el consumo interno rápidamente. Si además se produce algún evento que lleve a deshacer las posiciones de carry trade (endeudarse en una moneda con un tipo de interés bajo para comprar una moneda con mayor tipo de interés) entonces la recuperación puede ser muy ágil.

Por su parte, la divisa china sigue su particular proceso de infravaloración mantenida, creando problemas en sus mercados bursátiles al crear una burbuja especulativa pero posibilitando el ritmo de crecimiento necesario para absorver los movimientos humanos que se están produciendo del campo a la ciudad. No olvidemos que China es un país comunista y lo último que quieren sus dirigentes es una revolución a la francesa (cortando cabezas). Seguirán manipulando lo que haga falta para mantener a la población satisfecha y subyugada, personalmente creo que les estallará en la cara pero puede todavía tardar 20 años.

En otros artículos he mencionado que la decisión a la que se enfrenta la Reserva Federal es la de salvar la economía o salvar el dólar. Para salvar el dólar tendrían que subir tipos, demostrar disciplina presupuestaria y atacar de forma valiente su deuda. Esto conllevaría una recesión económica y el peligro de entrar en una deflación como Japón. Si quieren intentar salvar la economía o evitar a toda costa una deflación, lo que tienen que hacer es bajar tipos de interés e inflacionar su moneda y esto llevaría al dólar a 1,50 respecto al euro.

Es un juego difícil y complicado ya que ¿van a aceptar europa e inglaterra un dólar hundido que facilita las exportaciones a USA?. Lo que se ha visto hasta ahora ha sido un proceso de devaluación competitiva de otras monedas para intentar mantener el dólar a niveles razonables, generando la inflación que tenemos ahora.

Los últimos datos de inflación en Estados Unidos parecen hechos a medida: la inflación en general sube aunque debido al precio de la energía, mientras que la inflación del resto de productos crece poco. Estos datos han sido recogidos favorablemente por los mercados financieros como una señal de que la Reserva Federal puede empezar a evaluar una posible bajada de tipos de interés porque la inflación empezaría a estar contenida.

Cierre

La evolución de las divisas es importante porque refleja mucha información, lo difícil es entrever los movimientos más importantes y no dejarse llevar por el día a día.

Si se mantiene el status-quo podemos aventurar una inflación galopante en próximos años a la par que un crecimiento moderado pero nunca negativo de la economía. Lo que podría romper esta situación sería un conflicto internacional importante o que Estados Unidos entre en recesión y tenga un aterrizaje duro, y no blando como muchos analistas predicen (o suspiran cruzando los dedos).

miércoles, 11 de abril de 2007

Volatilidad, riesgo y el inversor a largo plazo

Las acciones que suben y bajan mucho se dice que tienen mucha volatilidad o riesgo pero estos dos términos implican cosas diferentes que hay que saber diferenciar.

Por riesgo debe entenderse que hay una probabilidad no nula de que esa acción pase a valer cero de forma súbita. Por ejemplo, una compañía minera que está explorando posibles yacimientos pero todavía no tienen ninguno en explotación tendrá un precio por acción bajo. Si compramos la acción estaremos apostando a que encontrará un buen yacimiento, iniciará su explotación y tendrá beneficios. Por el contrario, asumimos el riesgo de que no encuentre nada y que sus acciones pierdan todo su valor.

Cuando compramos un warrant asumimos el riesgo de que el movimiento sea contrario al de nuestra apuesta y perdamos toda la prima que hemos pagado.

En la renta fija también corremos el riesgo de que hayamos prestado el dinero a una empresa que quiebre y no nos devuelva el dinero.

Las acciones son por definición más volátiles y más arriesgadas que los fondos de inversión, ya que estos últimos invierten en muchas acciones, no en una sola. En ocasiones el rendimiento global del fondo es menor a la media de las acciones del sector en el que invierte pero a cambio de un riesgo mucho menor (si una compañía quiebra y sus acciones valen cero el fondo pierde una parte de su patrimonio gestionado, pero no todo).

Un inversor conservador buscará acciones o fondos de inversión con poca volatilidad ya que posiblemente no dormiría bien por las noches, como contrapartida es muy probable que no conserve el poder adquisitivo de su patrimonio.

Un especulador buscará instrumentos con mucha volatilidad porque son los que pueden ofrecerle resultados más elevados en el corto plazo. Si la acción en la que ha invertido cae de valor lo más probable es que la venda asumiendo la pérdida y busque la siguiente operación, en vez de esperarse a que vuelva a subir, que puede ser al cabo de 1 mes o 1 año.

Se podría pensar que un inversor a largo plazo buscará un término medio en volatilidad, instrumentos que den más que la inflación pero que no den grandes saltos. La realidad es que un buen inversor a largo plazo adora la volatilidad porque supone un mayor rendimiento. No se asustará con correcciones bruscas o profundas porque no lucha contra el mercado sino que espera que su inversión madure. Y si su cartera global tiene una volatilidad superior a su capacidad de sufrimiento entonces la diluirá con inversiones con muy baja volatilidad en la proporción adecuada hasta que duerma toda la noche.

Siempre hay un secreto, el inversor a largo plazo tiene dos y ambos muy importantes:

  • Saber escoger cuáles van a ser los temas que están condenados a subir en el largo plazo y cuál es el instrumento más adecuado desde el punto de rendimiento y fiscalidad.
  • Disciplina para no deshacer posiciones en un momento de corrección de mercados.

Conclusión
No hay que confundir riesgo con volatilidad. Riesgo es la probabilidad de pérdida muy elevada (o total) de forma súbita mientras que volatilidad es el movimiento natural de los activos hacia arriba y hacia abajo. El especulador teme la volatilidad pero es adicto a ella. El inversor a largo plazo no tiene miedo a la volatilidad sino que obtiene beneficio de ella.

En cualquier caso el secreto máximo de cualquier inversor de éxito es la disciplina, sea cual sea su método.